Siempre sentí una atracción muy especial por todo lo que vuela y, desde niño, soñaba con construir unas alas enormes que me permitieran volar como los pájaros, sin motor y sin magia… ¡a pura actitud!
Mientras buscaba la “piedra filosofal” del vuelo
humano, me dediqué muchos años de mi infancia y adolescencia al aeromodelismo
en todas sus disciplinas.
A mediados de los años 60, en la tapa de una Mecánica
Popular apareció la foto de un Ala Delta, una de las primeras Rogallos que
marcaban el comienzo de un deporte que tenía un desarrollo inusitado en los
acantilados de California. Allí se veían unas alas muy rudimentarias de cañas
de bambú como estructura y film de polietileno en sus velámenes que desafiando
la gravedad y la lógica, pasaban horas volando delante de los acantilados
vecinos al océano.
Eran las primeras versiones utilizadas para vuelo
libre basadas en los diseños de Francis y Gertrude Rogallo, ellos supieron
crear las alas más simples, efectivas y elementales con las que el hombre haya
soñado volar jamás! Ni bien las
descubrí, supe que eran el punto de partida de mi historia y comencé a buscar
la mejor manera de poder materializar mi sueño y construirlas en mi país.
Así comenzó mi historia relacionada con el vuelo
humano, con mucho esfuerzo, algunos fracasos y muchas satisfacciones logré
construir una veintena de modelos diferentes que, en constante evolución; batieron récords, ganaron campeonatos y,
fundamentalmente, nos permitieron disfrutar del vuelo libre durante casi 10 años!
En los albores de los años 80, comenzó a desarrollarse
en Argentina un nuevo tipo de aviación, la aviación ultraliviana. Estos aviones
elementales, de estructuras simples y equipadas con motores de poca potencia,
hacían furor en el mundo acercando a los aficionados pilotos un nuevo tipo de
aviación. Era una forma de volar más económica que un avión, se podía practicar
en los aeroclubes y ofrecía una importante cantidad de confortables ventajas
comparada con las temerarias prácticas del vuelo libre. Estos primeros aviones ultralivianos fueron importados
desde Estados Unidos al principio y luego algunas empresas compraron licencias
y franquicias para su fabricación en nuestro país. Yo por mi parte, atento a la
evolución de esta nueva actividad en el mundo, ya estaba experimentando con
alas motorizadas de diferentes configuraciones, pero el “trike” terminó siendo
la configuración mejor y más segura para el vuelo en ala delta desde el llano y
con total independencia de las corrientes ascendentes y las alejadas rampas de
salida de la montaña. De hecho ya habíamos probado con varias alas de vuelo
libre y diferentes motores un trike monoplaza de tubos de aluminio que logramos
hacer volar con un motor de solo
Lamentablemente estas ventajas parecieron molestar
algunos intereses de la industria aeronáutica del momento y a los pocos meses
se puso en vigencia una reglamentación que prohibía especialmente el uso de los
trikes como sistema de vuelo en todo el ámbito Nacional. Debemos tener presente
para valorar correctamente esta determinación de
A partir de ese momento y hasta el año 2008, los
trikes estuvieron proscriptos y fueron
marginados sistemáticamente de nuestra actividad Aerodeportiva.
No quiero victimizarme con esto, no voy a decir que
por culpa de esa reglamentación no pudimos volar en trike, no fue tan trágico
en realidad, pero fuimos excluidos de la mayoría de los Aeroclubes y pistas y
eventos que
En síntesis, la historia tuvo un desarrollo muy gratificante
a pesar de todos los inconvenientes y las trabas legales impuestas.
Logramos Certificar el único ultraliviano monoplaza
de construcción y diseño Cordobés, aunque recibimos el Certificado de
Aprobación de Modelo Nº 019, nunca se nos concedió el Certificado de
Habilitación de nuestra planta de producción, por lo tanto los pocos aviones
que fabricamos con matrícula, esta quedaba invalidada por la carencia de la
mencionada habilitación.
Ninguno de mis proyectos se produjo en serie, pero
todos volaron exitosamente y los que no lo hicieron, (que fueron muy pocos), fue
sencillamente porque no pasaron del proyecto por falta de medios para su
realización.
Por lo tanto no
creo que mi actividad deba ser
considerada como producción
industrial seriada, sino, como
una “artesanía creativa”, así que tal vez
En los últimos años he recibido muchas y muy emotivas demostraciones de
reconocimiento que han colmado mis
expectativas más optimistas. Las más importantes fueron:
Ver una parte importante de mis trabajos en el libro:
“ Historia de
Homenaje a la trayectoria en el Museo de
Exposición permanente en el Museo de
Exposición en el Museo de
Charlas técnicas en Aracuan, EAA Argentina y Facultad
de Ingeniería de
Estoy terminando mi libro sobre alas delta: “Alas
Delta: Realidades, mitos y paradigmas”, …y todavía tengo algunos proyectos que
realizar.
En esta “cruzada” me acompañaron muchas personas muy
capaces e importantes para mí, las encontrarán en las imágenes que acompañan a
cada uno de los aparatos que ilustran esta historia.
A todos ellos les debo mi reconocimiento y mi gratitud por su invalorable aporte.